Los frutos secos tienen numerosas propiedades que los convierten en alimentos de primera para incluir en una dieta variada y equilibrada.
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No solo por la calidad de sus grasas, sino también porque “contribuyen a mejorar el tránsito intestinal gracias a la fibra, a reducir el colesterol, son saciantes, mejoran el desarrollo cognitivo, la salud de los huesos y los músculos y además son buenos para la diabetes”, explica Branco. Un conjunto de beneficios que si bien pueden venir acompañados de un aumento de peso si consumimos un exceso de frutos secos, una pequeña cantidad nos mantendrá sanos y saciados hasta el siguiente ágape.
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